Me levanto temprano porque tengo que ir a trabajar y, si no tuviera ese horario de trabajo, no me levantaría temprano. Todos hemos vivido así.
Realizar actividades productivas que no nos apetecen hacer, pero que hacemos por responsabilidad o compromiso con alguien más, se definiría en resumidas cuentas como: disciplina externa.
Ponerme a entrenar sin ningún otro objetivo en mente más que el de cumplir mi entrenamiento, y el único compromiso es conmigo mismo; sin embargo, los únicos beneficios directos también son para mí. A esto se le llamaría disciplina interna.
Ojalá fuera tan fácil hacerlo como decirlo, ¿verdad? Jaja. Yo puedo decir que, para lograr hacer actividades productivas que no nos apetece hacer, debemos olvidarnos del motivo mayor por el cual nos propusimos hacer tal cosa. Por ejemplo: ponernos fuertes, bien mamados, puede ser la razón mayor de hacer ejercicio frecuentemente. Entonces, en el día a día, olvidarte de ese motivo y únicamente pensar en que debo cumplir tu entrenamiento.
Otra forma de aportar a la disciplina interna es sentirte realizado cada vez que completas tu deber. Así, por ejemplo, aunque haga un entrenamiento fatal o corto porque de verdad no me apetecía, en el fondo me sentiré fenomenal por haberlo hecho.
Ejemplos de actividades que todo el mundo puede proponerse hacer y que van a generar cosas positivas:
- Salir a caminar
- Hacer ejercicio
- Estar solo
- Conocer gente
- Leer
- Escribir
- Sonreír
- Dibujar
- Agradecer
¿Qué otras cosas pondrías tú que se podrían hacer diariamente con disciplina interna que nos proporcionen beneficios por el simple hecho de hacerlas?
¡Ganbatte kudasai! (Da tu mejor esfuerzo)
Un abrazo
Pd: ¿Necesitas desahogarte, compartir tus alegrías o simplemente charlar sobre la vida? En la pestaña de charla amiga podemos tener una conversación vía email. Me encantaría conocer tu historia.
Pd 2: Si la pestaña ya no aparece seguramente es porque estoy conversando con un número límite de personas.