He cruzado andando pueblos de Sevilla a 40°C de temperatura con más de 20 kilos de maletas. He subido montañas de Ecuador descalzo. Visto bajo el agua entornos hermosos, de lagunas a menos de 5 grados (hermosos por estar sin contaminar, gracias a que no se mete la gente), y cómo olvidar salir a caminar con gafas de natación (debido a que se me podían congelar los ojos) a -30 grados en Wisconsin.
Y todo el mérito de poder haber vivido esas experiencias magníficas no es mío, sino (hablando desde un punto espiritual) de mi cuerpo.
Está bien si tienes un buen trabajo que te permite tener comodidades como autos, ropa, comida, pero no te olvides de que tu bien más preciado y desde el cual vas a sentir y vivir toda tu vida es tu cuerpo.
Las preguntas que yo me hago son: ¿es un lujo no tener que caminar? o ¿no prepararme mi comida? Para mí es una felicidad enorme saber que puedo recorrer andando varios kilómetros, o correr, agacharme, saltar. Parecen cosas absurdas, pero si no cuidas tu peso o masa muscular o simplemente no las haces porque nunca tienes la necesidad, tu cuerpo pierde la capacidad de hacerlas.
Quiere y cuida a tu cuerpo y úsalo para que no se atrofie.
¡Ganbatte kudasai! (Da tu mejor esfuerzo)
Un abrazo
Pd: ¿Necesitas desahogarte, compartir tus alegrías o simplemente charlar sobre la vida? En la pestaña de charla amiga podemos tener una conversación vía email. Me encantaría conocer tu historia.
Pd 2: Si la pestaña ya no aparece seguramente es porque estoy conversando con un número límite de personas.
[…] Mi favorita, obviamente, es el entrenamiento de fuerza. Hay épocas en las que se entrena con mucha motivación, y otras en las que preferiría pagar para no hacerlo. Lo que nadie me puede discutir son los beneficios del entrenamiento de fuerza que son básicamente, sentirme bien, verme bien y poder hacer cosas increíbles que comenté en mi post «Tu bien más preciado». […]